jueves, 21 de mayo de 2009

Amanecí recostada en tu pecho, aquel alba
como siempre que juntos nos abraza la noche,
tu hombría rendida ante mi frágil aura
como siempre que nos roza el desesperado amanecer.

¿Qué tendrá tu cuerpo en el mío cada vez
que mi cuerpo sin el tuyo no sabe cómo ser?
¿Qué tendrá en tu aroma mi fragancia de mujer
que no sabe tu aliento respirar sin él?

Para saber seguro que no estará tu piel
como siempre que llegue el Sol a su altivez
y entender nuevamente que hoy y que otra vez

volverás a mi vientre, como siempre … sin querer