He crecido
bajo esta indigna chapa
y hecho el amor
sobre su tierra estéril.
Aquí aprendí
a tratar y ser tratado
como bestia salvaje
por todos los humanos.
Sólo tuve
a una adúltera sucia
que parecíame a veces
la imagen de una madre.
Sólo fui
otro hijo mal parido
recostado somnoliento
a sus pies en algún catre.
Pero tu vientre
no conocerá huracanes
ni tendrá mi maloliente
porción de lodo como cama.
Para tu vientre
no habrán más burlas,
ni deudas ni amarguras,
ni del ultraje la pavura.
Quiero
para tu frágil vientre
una muralla que aleje
para siempre a la serpiente.
Quiero
para tu inquieto vientre
una poción de pompas de jabón
sin la mentira de un castillo de cartón.
