En tus
brazos no hay, infortunios ni temores
Ni en tu
boca sed de embriagantes emociones
En tu cuerpo
no hay desiertos, ni opresiones
Ni en tus
retinas hay oscuridades ni ficciones.
Nada más certero
que en tu morada arroparme
Y en tus
húmedos besos de pasión atiborrarme
Nada más
eterno que en tu piel emanciparme
Y en tus ojos verlo todo sin temor a reflejarme.
Apriétame en
tu pecho hasta que me abrigues
Y procúrame
en tus labios manantiales también
Permíteme
ser libre meciéndome en tu piel
Y enséñame a
mí misma en tu mirada de miel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario