lunes, 18 de mayo de 2009


Camino
sobre un sendero
tapizado de rosales
donde los pétalos más tiernos curan
las heridas que dejan las espinas
sobre las plantas ya cansadas de mis pies.
A veces pienso que en la huella voy dejando
más que la sangre el último suspiro
más que el desvío las seniles esperanzas.

Pero …

Camino
sobre una senda
donde aprendí a mirar los azulinos
que se dibujan siempre en las estrellas
ocultas tras la nube que me prestó sus alas.
Y siempre creo que la herida va obsequiando
un infinito crisol de sorprendentes sensaciones
más que el dolor, un jardín de orquídeas blancas.